En lugar de los climatizadoras tradicionales a gas, se puede optar por el sistema de intercambiadores de calor, que pueden ser de placas, casco y tubos o tubos concéntricos.

  • Suelen ser más eficientes energéticamente que los calentadores tradicionales. Utilizan el calor residual de fuentes externas como las calderas para el calentamiento de la calefacción y/o agua sanitaria.
  • Son eficientes, pero requieren tener un sistema de calefacción compatible (ej. la caldera del hogar). Esto puede conducir a un ahorro significativo. Debido a su mayor eficiencia energética, los intercambiadores de calor resultan en costos operativos más bajos en comparación con los calentadores convencionales.
  • Durabilidad: Los intercambiadores de calor suelen ser más duraderos que los calentadores tradicionales, ya que no están expuestos directamente al agua de la piscina ni al desgaste por corrosión. Esto puede significar una vida útil más larga y menos necesidad de mantenimiento y reparaciones costosas.

Según la estructura, pueden ser de:

  1. Placas. El intercambiador de calor de placas consiste en una serie de láminas metálicas corrugadas dispuestas en paralelo que están fijadas en una carcasa de acero y se separan por juntas. Estas estrías sirven para crear flujos turbulentos en el fluido, incluso cuando la velocidad a la que este fluye es baja. A cada lado de la placa debe circular, en paralelo o en contracorriente, un fluido, que en este caso es agua a una temperatura menor. Se recomienda que sea a contraflujo para que no se generen esfuerzos térmicos en áreas específicas.
  2. Haz de tubos y carcasa. También se conoce como intercambiador de calor de casco y tubos o intercambiador de calor tubular. Se llama de haz de tubos porque se trata de una gran cápsula (carcasa) que contiene un número variable de tubos, los cuales se colocan en el sitio que les corresponde gracias a una placa deflectora perforada. Esta, sin embargo, tiene otra función: provocar un flujo cruzado y turbulento del fluido que va por la carcasa para mejorar la convección. Si los fluidos tienen presiones muy diferentes, el que tenga una presión mayor es el que fluye por el interior de los tubos, mientras que el que tenga una presión menor será el que recorra la carcasa. La razón detrás de esta disposición es que los tubos pueden soportar mayores presiones. Pueden ser tanto de paso simple como de múltiples pasos, según las necesidades específicas de la instalación. A su vez, los tubos pueden disponerse:
    • En cuadrados: más fácil de limpiar y menor caída de presión del lado de la coraza.
    • En cuadrado girado: mismos beneficios.
    • Triángulo: mayor superficie de contacto, pero de limpieza más complicada.
  3. De tubos concéntricos. Los intercambiadores de calor de doble tubo (o de tubos concéntricos) son los que presentan la estructura más sencilla, pues están formados por un tubo que está dentro de otro (son concéntricos). Los fluidos pueden recorrerlos a contraflujo o de forma paralela.

En conclusión, un intercambiador de calor es tan útil como adaptable, por lo que resulta indispensable contar con un asesoramiento técnico profesional a la hora de escoger cuál es el que mejor responderá al uso que se le quiere dar. Una buena elección, por otra parte, contribuirá a aumentar la eficiencia de la instalación.