Es muy común cuando se habla de aire acondicionado, referirse tan solo a la refrigeración, cuando en realidad es sólo un proceso parcial de lo que debe entenderse por aire acondicionado. El aire acondicionado es el resultado de la combinación de proporcionar, tanto en invierno como en verano, o durante todo el año, de una atmósfera interior, saludable y confortable; todo ello en grado adecuado, bajo control automático y sin ruidos molestos. En verano el solo enfriamiento del aire no sería suficiente para un buen confort si al mismo tiempo no se procediese a la deshumidificación del aire con demasiada humedad.
Las instalaciones de aire acondicionado se clasifican en instalaciones centrales e instalaciones con acondicionadores individuales.
El primer sistema de aire acondicionado central, se implementó, en el año 1902 en una imprenta de Nueva York. Su objetivo era controlar la temperatura y la humedad para mejorar la calidad del papel y la impresión. A medida que la tecnología avanzaba, el aire acondicionado comenzó a implementarse en edificios comerciales, cines y otros espacios públicos.
La historia de los equipos individuales de aire acondicionado, llamados de ventana, se remonta a principios del siglo XX, en un contexto donde el control de la temperatura y la calidad del aire interior empezaba a ganar importancia, especialmente en climas cálidos y húmedos. Durante la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo de tecnologías de refrigeración se aceleró, y después de la guerra, la demanda de aire acondicionado en hogares y oficinas creció rápidamente.
Los sistemas de aire acondicionado empezaron a ser más accesibles. Los fabricantes comenzaron a desarrollar unidades más compactas. La primera unidad de aire acondicionado de ventana fue introducida por la compañía “Frigidaire”. Este diseño permitió que las personas pudieran instalar sistemas de enfriamiento en sus hogares sin necesidad de costosas instalaciones centralizadas. La producción en masa de sistemas de aire acondicionado de ventana hizo que se volvieran comunes en muchos hogares.
Se comenzaron a implementar regulaciones más estrictas sobre la eficiencia energética, lo que llevó a avances en el diseño de los equipos para reducir el consumo de energía.

La introducción de tecnologías como los compresores de velocidad variable (inverter) y los refrigerantes más ecológicos mejoró aún más la eficiencia y el rendimiento de estos dispositivos. Comenzó a utilizarse el refrigerante R-410A, considerado menos perjudicial para la capa de ozono. En la actualidad, las unidades individuales fueron evolucionando, adaptándose a las necesidades cambiantes de los consumidores y las regulaciones ambientales, y los equipos de ventana fueron reemplazadas por los sistemas Split. Cuando hablamos de Split nos referimos a la unidad interior de la instalación que requiere también de una unidad exterior que se instala en la fachada o balcón de la vivienda para extraer el aire caliente fuera.
Una instalación de este tipo también puede contar con una sola unidad exterior y varias unidades interiores (split). En este caso, hablaríamos de un sistema MultiSplit. Una única unidad exterior admite hasta 5 unidades interiores, permitiendo el control individual de la climatización en cada ambiente. Esto permite un mayor ahorro de espacio, menor ruido y consumo energético.
Este sistema también ha evolucionado, encontrándose en la actualidad dos tecnologías, una tradicional también llamada “on-off” y otra del tipo inverter. En la primera de ellas, el equipo de aire acondicionado emite aire frío o caliente en su máximo rendimiento hasta alcanzar los grados deseados, pero una vez que logra su objetivo el condensador se apaga completamente. Es un proceso continuo donde el compresor arranca y se detiene frecuentemente, hasta arribar a la temperatura deseada.
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